THE MOLE SONG: UNDERCOVER AGENT REIJI
(Takashi Miike, Japón, 2013)
Volvemos con otra película de Takashi Miike, y esta vez con una bien bizarra. Hablamos de The Mole Song: Undercover Agent Reiji, una especie de comedia policial que da cuenta de las aventuras del agente Reiji como inflintrado en un clan Yakuza.
La historia es buena y los personajes aún mejores pese a que inevitablemente se vuelva confusa por momentos debido en parte por su trabajo artístico tipo «collage» (que no deja de ser interesante pero aturde) aunque viene a ser compensado por una voz en off que nos sumerge en la mente del protagonista de quien se puede decir lo siguiente:
Reiji Kikukawa es un torpe, algo tonto pero muy ético policía que luego de ser despedido, se le encomienda la misión de trabajar encubierto para capturar a uno de los criminales más peligrosos del país.
Como era de esperarse, este ingenuo agente pasará por una serie de tribulaciones y momentos «cómicos» cargados de un humor muy ajeno a los cánones occidentales. ¿Logrará Reiji infiltrarse con éxito? Ante todo pronóstico pareciera ser que sí, para su gran infortunio…
Dos tendencias, un país
La dicotomía arraigada de la sociedad japonesa es deliciosa. Por un lado no faltan las películas épicas de samurai, de mafias e históricas; y por otro -y cada vez más latente- esta veta bizarra (casi enfermiza) que viene de la mano del animé y películas como esta las que en muchos casos vienen a reflejar el espíritu más joven de un país que a ojos del mundo es por lejos el más extraño y fetichista del mundo. Basta, por ejemplo, con ver los raros y peliculiares comerciales televisivos que pueden encontrarse en Youtube.
Miike bien lo sabe y lo trabaja sin tapujos consiguiendo una filmografía que no se compromete con nada. Es capaz de hacer el remake de un emblema del cine japonés como también una sandez como esta, y en ambos casos conseguir entretener.
No estamos frente a una obra de arte, tampoco será considerada de culto ni nada por el estilo. The Mole Song: Undercover Agent Reiji es más bien una ventana para adentrarse en la imaginería creadora del cine japonés actual. Una tendencia que está cada vez más arraigada en las películas comerciales de dicho país y que ha venido a ser su sello distintivo para bien o para mal. Hay para todos los gustos.