HUMOR YAKUZA

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No encuentro palabras para describir la grata sorpresa que me llevé mientras veía Ryuzo and the Seven Henchmen  del cada vez más reconocido director japonés Takeshi Kitano, puesto al nivel de esta comedia llena de humor negro y una historia más que entretenida.

Todo comienza con Ryuzo, un Yakuza retirado que actualmente es un abuelo común y corriente; bueno… entero tatuado y con dos dedos menos. Tras una serie de acontecimientos, Ryuzo se reencontrará con sus antiguos compañeros de oficio y no tardarán en volver a crear una «familia» para rememorar aquellos tiempos de oro llenos de aventuras, apuestas, extorsiones y más.

¿y quiénes son estos tipos?

Ellos son: Ryuzo, quien hará de líder; su mejor amigo Masa, su mano derecha; Mokichi, experto estafador; Makku, amante de las armas y que delira ser Steve McQueen; Ichizo, experto en el uso de la katana; Hide quien tiene una asombrosa capacidad de lanzar de clavos con precisión y letalidad; Taka, también conocido como el del cuchillo; y Yasu: el kamikaze que añora el Japón imperial.

¿Será acaso que la llegada de la vejez hará que se vuelvan más moralistas? Por aquí va la cosa. Cómo volver a ser un yakuza cuando se ha envejecido, y más aún: cuando ser yakuza ya no aterra, sino más bien evoca lo obsoleto y la más profunda decadencia.

Desde su senilidad y deterioro físico y mental, nuestros ahora yakuzas, encontrarán al poco andar a sus rivales: una banda de jóvenes timadores liderados por una misteriosa compañía.

Un fuerte sabor italiano

Ryuzo and the Seven Henchmen me recuerda a las viejas películas de «comedia a la italiana», y en particular a una llamada Amici miei (Amigos míos o también conocida en España como Habitación para cuatro) de Mario Monicelli. Y es que el espíritu es el mismo: un hijo avergonzado de su padre, viejos caídos en decadencia y monotonía, y que de pronto, casi como un milagro, llega la gran idea: volver a ser lo que eran para así salir de su patética existencia y conseguir la vitalidad necesaria para sobrellevar lo que les queda de vida.

Acerca del autor

Crítico de cine y fanático de la comida china. En búsqueda de la mejor película asiática mientras devoro wantanes (porque, sinceramente, son mucho mejores que las gyosas y los arrollados primavera).

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