NAKED KILLER
(Clarence Fok, Hong Kong, 1992)

Naked killer decepciona. Lo único rescatable es la fotografía que a ratos enaltece y deleita. Y si bien el cuento sexual es sin dudas su carta bajo la manga… no consigue la intensidad erótica necesaria para hacerla brillante; más bien se trata de una mala publicidad engañosa.

La historia trata sobre un policía llamado Tinam quien mató a su hermano por error, razón por la cual vomita cada vez que ve o toma un arma.

Este poli se enamora de una chica rebelde y hermosa conocida como Kitty hasta el punto de obsesionarse a niveles impensables. Para su desdicha -y sin saberlo- Kitty presencia el asesinato de su padre, el punto de inflexión que necesitaba para desaparecer. Al poco andar Kitty conocerá a Cindy (la asesina más peligrosa de Hong Kong) volviéndose su mejor pupila; y una vez entrenada, regresará a las calles pero esta vez bajo una identidad falsa, incógnita, propia de alguien que se dedica a matar.

Paralelamente Tinam se encuentra tras la siga de un macabro caso de asesinato y poco a poco ambas historias se entrelazarán…

Resulta que hubo un clan de mujeres letales. Que mataban de manera excesivamente cruda mientras sonaba cierta música de Mozart y en donde Cindy era la mejor.

Como su contraparte aparecerá Princesa, otra de las asesinas de la banda, pero esta vez desde la otra vereda de la calle: como la archirival que viene a matarlas; y quien es poseedora de una belleza y agilidad extraordinaria además de ser excesivamente lesbiana.

El policía Tinam reconoce a Kitty pero ella le niega ser su enamorada. Bajo esta negativa es que Tinam no descansará hasta llegar al meollo del asunto con el fin de recuperar la identidad perdida de su amada. ¿lo logrará?

Naked killer cuenta con una historia cool que entusiasma, pero con un desarrollo desastroso que decepciona. Y eso es imperdonable volviéndola una película para olvidar.