PARASITE
(Bong Joon-ho, Corea del sur, 2019)

Parásito:
[organismo] Que se alimenta de las sustancias que elabora un ser vivo de distinta especie, viviendo en su interior o sobre su superficie, con lo que suele causarle algún daño o enfermedad.

Qué difícil es reseñar Parasite sin dejar nada de lado. Es inevitable… porque Parasite es una película de contrastes que se mueve entre múltiples superficies y niveles, y en donde los personajes cambian a cada momento para dar paso a giros argumentales inesperados. Como he dicho, es inevitable. Y así lo será.

Comenzaré diciendo que en Parasite todo lo que ocurre, sea bajo tierra o a nivel de calle, cuenta con una atmósfera inteligente, creíble, posible. Y a la vez con cierta fantasía que la aleja de lo real.

Parasite está sazonada exquisitamente con los mejores ingredientes agridulces: tragedia, suspenso, drama, suciedad, falsa, triste; elegante, divertida, amena, ingeniosa, inocente, de buenas apariencias.

Me gusta definirlo como un «Thriller psicológico sociológico coreano buena onda». ¿Que a qué me refiero? bueno, que hay violencia, sangre, sótanos, humedad, pero que al mismo tiempo cuenta con ese encanto tan característico del humor negro italiano. En estos dos niveles se mueve Parasite con mucha maestría. Y lo que es aún más importante: la tensión no es psicológica. Es sociológica. Quizás estamos frente a un nuevo subgénero made in Korea. Porque aquí lo que prima no es un enfrentamiento psicológico (o si se le quiere mental) entre personajes, sino más bien de estratificación de clases entre la misma sociedad coreana.

Y es precisamente aquí que consigue transmitir su poderosa crítica (el de la injusticia y desigualdad social) de una manera simpática (que va de la mano de uno de los suspensos psicológicos sociológicos coreanos más afables de ver); y no por ello perder la mordacidad de su mensaje. Todo lo contrario: consigue ser un estímulo hasta para el espectador más insensible, indiferente, antipático o simplemente inocente, de lo que significa ser pobre y trabajar para ricos. ¿Es ser eso acaso un parásito?

La interpretación de Cho Yeo Jeong fascina. El trabajo que consiguió Bong Joon-ho es digno de toda clase de premios. Y bien que se adjudicó Cannes, y consiguió 6 nominaciones para los Oscar. Seguro que uno que otro ganará. Mis respetos.

La historia es simple; el drama, perfecto. Una propuesta fresca que nos sitúa en una encrucijada donde lo ético y lo moral poco o nada importa. Solo la constante negación de ser pobre y miserable, versus la identificación y empatía por sus semejantes, llevará a un desenlace inesperado.