MR. SIX
(Guan Hu, 2015)
Mr. Six es más que entretención asegurada. Es una cátedra de cómo desarrollar bien una historia simple y hacerla inteligente y mordaz, sin caer en lo fácil (que sería llenarla de escenas de acción). ¿Es posible concebir un thriller desde la decadencia y fatalidad y en donde el suspenso se mueva entre la bondad y lo patético? Esta mezcolanza extraña, que pareciera ser una receta para nada digerible, termina siendo, muy por el contrario, simple y deliciosa.
Mr. Six no es otra de las tantas películas que hacen los chinos cada tanto tiempo para conseguir cabida en festivales internacionales. Es más que eso. Y mucho más, porque Mr. Six consigue trascender y no quedarse como una buena anécdota de la cartelera de turno.
Porque la historia es buena, el protagonista convincente y fuera de serie, además de contar con un desarrollo menguante y envolvente. Quien diría que China podría ofrecer semejante peliculón; y si bien es cierto que las películas de aquellas latitudes suelen deleitarnos de la mano de bellas propuestas épicas cargadas de una estética deliciosa (Héroe, La casa de las dagas voladoras, entre otras), lo que tenemos aquí es un privilegio para todo amante del drama ya que aborda de manera magistral tópicos como la justicia, lo correcto, la sabiduría de la vejez. Y aquí lo interesante: se aborda desde la ética de los bajos fondos. Desde los antiguos códigos de las tríadas chinas, en donde la venganza siempre debe ser justificada para no manchar el honor.
Mr. Six es un ex integrante de una agrupación criminal que ya viene de vuelta: ya vivió los tormentos, ya respiró el crudo aire de la sangre fresca; ya escuchó cómo las espadas se blandían una y otra vez. Fue protagonista y testigo de tantas historias ligadas a la ilegalidad… que ahora vive retirado de ese mundo en busca de paz y tranquilidad fuera de los problemas.
Sin embargo, Mr. Six sigue poseyendo ese gran espíritu de justicia y nunca dubitará en ponerlo en práctica. Cuenta con el respeto de sus vecinos y la policía. Porque sigue siendo una persona influyente y digna del mayor de los respetos.
La historia arranca con una injusticia en donde Mr. Six propone aplicar la Ley del Talión bajo una sapiencia bastante convincente. Aplicar la ética de lo correcto e incorrecto. Si tú me pegas, yo te pego. Si yo te robo, tú me robas, incluso si ello involucra a sus más cercanos.
Dicho todo esto, los invito a revisar la trama
Su hijo Bobby siempre anda metido en problemas. Su relación con Mr. Six es triste y distante. Cierto día, y bajo la inquietud de que puede estar en problemas, Mr. Six va en su búsqueda. Y cuando lo encuentra se entera que está prisionero en el garage de una banda rival por haber rayado el Ferrari Enzo del hijo de un mafioso local. ¿Cómo ayudarlo? ¿Será necesaria la violencia? De ninguna manera. Mr. Six se verá envuelto en una pelea de jóvenes mimados, y como padre, buscará cómo salir del paso sin ofender la legitima rabia del secuestrador.
Puede parecer algo confuso. Que un padre otrora mafioso, no busque la violencia y que, muy por el contrario, respete el mal pasar de su hijo porque le parece justo que esté prisionero. Una cosa llevará a la otra y la situación se agudizará al punto de poner en riesgo la vida de Mr. Six.
Lo notable de la película y que en definitiva se lleva todos mis elogios es el mismo protagonista. ¡La interpretación de Feng Xiaogang es brillante! Consigue un personaje parco, sabio, malas pulgas, terco, de pocas palabras, rudo, deteriorado… pero a la vez con una sensibilidad de oro. Y como dice el dicho: no todo lo que brilla es oro.
Muy recomendada.