GHOST IN THE SHELL
(Mamoru Oshii, Japón, 1995)

Ghost in the shell es sin duda uno de los máximos exponentes del cyberpunk animado junto con Akira. Pero incluso me atrevería a ir más allá: no solo animado, sino que del subgénero como tal.

La historia de es de lleno tan inteligente como difícil de digerir; resulta fascinante por sus inquietudes y planteamientos metafísicos sobre la conciencia y el espíritu humano que llevan a formularse interrogantes como si es posible emularlos, (y de serlo, implantarlos en cyborgs). Todo indica que en el futuro en que se desarrolla la película, el año 2029, sí lo será. Ghost in the Shell te hace pensar. Te funde la cabeza con un guión fuera de serie potente y reflexivo. ¿y si los seres humanos no fuéramos indispensables?

La riqueza del film en las ideas que aborda lo hace de inmediato digna de ser considerada de culto. Y no es de extrañarse que se consolidara como un estandarte dentro de la ciencia ficción como dijimos. Matrix de los (las) Wachowski es un fiel reflejo de su influencia en el género. La idea de las conexiones mediante cables a un entramado mayor, los créditos en negro con rápidas letras verdes… La deuda con Ghost in the shell es notoria. Por su parte, existen ciertos elementos interesantes dentro de la película como es la implantación de recuerdos. es algo trabajado 5 años antes en la aclamada Total recall de Paul Verhoeven (basada en el libro de Philip K. Dick Podemos recordarlo por usted al por mayor) protagonizada por Arnold Schwarzenegger. Por lo demás, presenta una estética muy a lo Blade Runner que le otorga una atmósfera sombría, distópica, angustiante y decadente. Uno de los grandes aciertos.

Digamos que, con merecida justicia, se abrió un cupo dentro del Salón de la fama de la ciencia ficción. Se hace obligatoria de ver.

Una película que sin dudas Isaac Asimov hubiera disfrutado ver.