LLUVIA DE ACERO
(Yang Woo-seok, Corea del sur, 2017)
Lluvia de acero es otra de las muy buenas películas coreanas que se abordan el conflicto de las Repúblicas. Se Suma a la lista del género en cuestión, el que recrea Corea del Norte, junto a Joint Security Area y Poongsan.
Lluvia de acero (Steel rain) tiene varios aciertos y en definitiva no pasa por desapercibida para los fanáticos de las películas que abordan de una u otra forma el tema de las coreas, porque la temática ya en sí es atractiva y osada: el amado líder de Corea del Norte es víctima de un golpe de Estado. Y tras una serie de eventos -en este caso afortunados- termina fugado en Corea del sur gravemente herido, gracias a la ayuda de un fiel militar de sus filas y a dos niñitas fanáticas de su persona.
La trama traspasa el paralelo 38 (zona limítrofe y de máxima seguridad, icónica por ser la división ideológica de la península), para situarse en la avanzada Corea del Sur. Es aquí en donde va desarrollándose la acción. En donde va ocurriendo el descalabro, mientras, a ratos, y mediante una narración impecable, se nos lleva a lo que está sucediendo en los altos mandos norcoreanos. Esto, sumado a una muy sutil, pero no por ello menos decisiva participación de la CIA en el desenvolvimiento de la crisis, hace que el argumento principal adopte una tensión que corre el riesgo de romperse en cualquier momento: el ataque nuclear por ambas partes se ha vuelto inminente y, probablemente, inevitable.
El tratamiento que consigue Lluvia de acero es delicado e inteligente: queda claro que se trata de Kim Jong-un, pese a que jamás muestran su rostro ni de refieren a el por su nombre. Esta especie de respeto hacia el dictador, causa una sensación extraña. ¿Miedo quizás de ofender al régimen?, ¿a represalias? (como ocurrió con la película satírica «The interview«); ¿o para mantener el velo de ficción?; Poco importa porque el protagonista no es él. más bien el personaje funciona a la perfección como un Macguffin bastante atractivo: el resultado es un suspenso constante y tenso, tan sensible e inestable como una bomba atómica.
Muy recomendada