KARAOKE GIRL
(Visra Vichit-Vadakan, Tailandia, 2013)
Karaoke girl es la historia de una joven de 23 años llamada Sa que emigra a Bangkok en busca de una vida que le permita ganar dinero para su familia sin tener que trabajar en el campo como recolectora, como una chica típica. Quiere evadir un destino monótono, y para ello trabajar en la capital es la única salida.
Sa llega a los 15 años de edad. ¿El trabajo?, una fábrica. Pero no era lo suyo por lo que terminará trabajando en un club de karaoke.
La sinopsis da a entender que Sa termina siendo una escort. Discutible, a menos que ser escort no implique llegar al sexo. Investigué antes de ver la película sobre lo que eran estos sitios. Básicamente se trata de una suerte de antro en el que hay música en vivo y puedes tomarte un trago invitando a una o más mujeres que suelen ser jóvenes. “Ver pero no tocar” esa sería la consigna. Tienen fama de difíciles.
Si quieres sexo ir a un karaoke no es una buena idea. ¿entonces?, más que nada es para viejos verdes u hombres solitarios que buscan compañía. Que compran un instante de cortejo para sentirse amado, interesante y seductor mientras dura el trago y hasta que el dinero lo permita. Entonces, lo primero, no se trata de prostitución. No. Más bien de una preciosa tailandesa que se gana la vida soportando a uno que otro libidinoso.
El título es malo. De verdad que defrauda. Poco sucede en el club. No es la gran cosa. La película gira en torno a la vida de Sa, y de una vida bastante aburrida. Se trata de una joven con una belleza étnica que destaca. Preciosa. Que se ve en la necesidad de calzar taco alto, vestir falda corta y de maquillar su lindo rostro para ayudar económicamente a su familia y a su padre que se encuentra enfermo en un mundo rural, ahora ajeno y distante del Bangkok en el que vive.
Excesiva parsimonia
Tal cual. Demasiada calma y muchísima lentitud que no contribuye en lo más mínimo. Monólogos tediosos, silencios eternos y una riesgosa apuesta de cortes abrutos a negro. Por lo demás presenta ciertas pinceladas de documental; un aire extraño que logra descolocar porque quedan ahí. Esto sucede principalmente en su visita a la aldea.
Carente de música (sólo cuando se canta en el club), la atmósfera la mayor parte del tiempo es dura, gris y plana como el concreto.
No estamos frente a una película entretenida ni original. Es una receta repetida: la niña que tiene que ir a trabajar lejos de casa para ayudar a su familia y que termina en un lugar bohemio en donde el amor está prohibido pero alguien se fija en ella… en fin. No es una película que recomendaría.
Buscando un salvavidas para rescatar de alguna manera la película, pienso que podría funcionar para un público que haya estado en Bangkok, que conozca los paisajes y le traiga recuerdos al ver las comidas, la arquitectura y la idiosincrasia reflejada en esta cinta.